Las pandemias olvidadas por la prensa y la OMS

La ventaja de analizar los hechos «a toro pasado» es que pueden contemplarse desde otra perspectiva, más sosegada y descontaminada. Se ha publicado mucho, muchísimo sobre la gripe A o pocina. Sin duda esta ha sido la «pandemia» de los medios de comunicación y ello sí que me parece una noticia destacable sobre dicho acontecimiento. Como comentaba el 1 de mayo en el diario La Vanguardia Marc Siegel, especialista en la gripe y profesor de Medicina en la Universidad de Nueva York:

La gripe porcina este año es benigna en todas partes menos en los medios, que sí contagian una epidemia de miedo más virulenta que nunca».

Sabia visión del asunto en medio de la crisis provocada por la inducción de temor entre la población. Si en 2003 la gripe aviar ya representó un amago de escenificación global de una situación de crisis inducida, con la gripe A muchos grandes medios de comunicación han llegado al ridículo de magnificar un problema que no lo era (es), al menos de las dimensiones que se le atribuía. Es que hay «pandemias» que no lo son y que resultan muy interesantes para los medios de comunicación de masas y otras que sí lo son y en su lento transcurrir no consiguen manchar las páginas en blanco de los periódicos.

Una estudiante de Medicina y activista de temas de salud, me escribía hace unos días «harta de la gripe porcina, de la alarma social y tras llegar al aeropuerto de Frankfurt y encontrarme con el 90% de la gente con mascarillas» y con unos datos interesantes provenientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la misma en publica en su página web el número de afectados y de muertes poducidas por la gripe A. El día 10 de mayo, en plena «fiebre» global se habían producido 45 fallecimientos en México y dos en Estados Unidos. El número de personas infectadas ese día en todo el mundo era de 4.379.

Sólo dos meses antes de que tantos ciudadanos cubrieran su cara con la característica mascarilla Zimbabue «remontaba» una epidemia de cólera: El 23 de marzo de 2009, la OMS informaba en su página que la situación con el brote de cólera corriente que se había producido en el país africano mejoraba. En la semana del 14 de marzo de 2009 se había relatado «sólo» 2.076 casos, en una semana y en un sólo país. Cifra «positiva» si se compara con los 3.812 casos de la semana precedente a la citada y los más de 8.000 por semana que se producían a principios de febrero. El brote de ese cólera «corriente» comenzó en agosto de 2008. Desde el 17 de marzo se habían contabilizado 91.164 casos con el resultado de 4.037 muertes.

Como continuaba en esa entrevista que les cito Marc Siegel:

(…) Y la están alimentando [la pandemia de gripe A] los estados: ¿Por qué tiene que salir todo un jefe de Estado a hablar por la tele de una vulgar gripe? (…) Ese pánico irresponsable alimentado por las autoridades está causando mucho más daño que ningún virus (…) Les pido que utilicen su circuito humano neuronal de la razón y el sentido común y bloqueen el centro neuronal del miedo que compartimos con los animales (…) la propagación instantánea del virus del miedo a través de los medios nos está perjudicando más que la gripe. Lo realmente nuevo en este virus es esa cobertura que internet ha convertido en instantánea (…) Esta gripe, la del 2009, durará lo que dure en las teles, radios y portadas de internet y de diarios. Poco a poco los programadores y directores verán que no da audiencia y la relegarán a espacios secundarios y al final no darán nada sobre ella”.

Esta gripe, similar a una de tantas gripes comunes ha sido la más mediática. Pero pienso que una de las razones por las que también ha desaparecido de los grandes medios con tanta rapidez es porque por Internet –el medio de comunicación más grande del planeta, además del más libre, por el momento- miles y miles de ciudadanos han divulgado informaciones -de diferente credibilidad y calidad, claro- que cuestionaban a los poderes establecidos y sus responsabilidades en la expansión del fenómeno. El peor virus es la desinformación.

Así que no cometamos el error de olvidar ni las «pandemias» cíclicas que sirven para crear nuevos mercados, ni las pandemias auténticas que son la señal perenne del fracaso de la OMS y del modelo sanitario global (quizá porque tal modelo no existe, lo que hay es un mercado inmenso en el que se crean necesidades sanitarias y se satisfacen -entre quienes puedan pagarlas-).

Más info: Traficantes de salud

https://migueljara.wordpress.com/2009/04/30/gripe-porcina-pandemia-de-descredito-para-la-industria-farmaceutica/