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Miguel Jara

 

 

 

  

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Una respuesta

  1. Apreciado Miguel Jara : Mi intención colaboradora es la de aportar algo más allá de la denuncia a los traficantes de salud . Por ello quiero dejar algo mas que les permita a los seres humanos des-apegarse de la medicina «infame» que mutila e intoxica . Para ello , para des-apegarse de algo inferior deben apegarse a lo superior y esa medicina existe . Gracias paso a mi comentario :

    * Para edificar una salud individual y colectiva debemos partir de un conjunto de principios :

    – Personas que comprendan que la salud es un bien inapreciable, que no se compra, no se vende, no se mendiga, se conquista ; y esa conquista se hace conociendo y siguiendo fielmente las leyes naturales a las que estamos sometidos todos los seres vivos que habitamos este planeta.
    – Que ese “tesoro valioso” que es la salud es básicamente responsabilidad de cada individuo que debe entender que no es posible conservarla si se la cede a otros , sea estos personas o medicinas y que su cuidado le corresponde a cada individuo exclusivamente
    – El sagrado derecho a vivir sano , a ser dueño de su destino debe estar claramente reconocida por las autoridades sanitarias que hoy solo abogan por poner vacunas, extirpar e intoxicar con productos químicos.
    Estos principios básicos deben ponerse en práctica con la ayuda de un programa que abarque a la familia, la escuela , las universidades y las instituciones de salud pública donde desde la más temprana edad se forme a las personas en sólidos conocimientos de las leyes básicas con que se rige la naturaleza y su salud.
    Este plan debe poner fin a los actuales errores de la medicina actual que avasalla la especie humana con el uso y abuso de las actuales técnicas. Plan que de preferencia a desarrollar un pueblo más sano, y a que cada ser sea dueño de sus destino.
    – El camino es el de disminuir el número de enfermos y no el de aumentar el número de médicos y recursos sanitarios para tratar a los enfermos.
    – Entender que un médico formado científicamente en los conocimientos actuales es incapaz de dar y restablecer la salud ajena, ya que la normalidad funcional de un organismo humano es la resultante de los propios actos de cada uno, o sea de la vida normal o anormal que cada uno haga. Difundir la salud es tarea que le corresponde a quienes quieren hacer una labor de fondo.
    Actualmente se reprimen las enfermedades o mejor dicho sus síntomas, se sofoca la tos, se reprime o estimula el apetito y así en todo lo demás.
    A toda esta confusa forma de intervenir se le agrega la intencionada permanente y variada propaganda que poderosos intereses de fabricantes y comerciantes de drogas, instrumentos de cirugía , aparatos de laboratorio, ortopedia, etc. , mantienen cada día a través de los medios de comunicación social , revistas, asociaciones médicas que impiden al individuo pensar por si mismo en cuanto a salud se refiere y no hacen otra cosa que entregarlo indefenso en manos mercenarias.

    EL PAPEL DEL ESTADO ACTUAL

    El estado decide adoptar un sistema de salud en lugar de permitir a sus ciudadanos formarse debidamente y elegir de igual forma un sistema libre de salud.
    Decidido el estado a asumir una posición en materia de salud de la misma manera que lo hace al asumir una religión y dispuesto en este caso a salvar cuerpos y no almas, adopta un sistema que todos conocemos y al hacerlo penetra en las más intimas actividades del individuo como son la nutrición y eliminación. Se hace responsable de titilaciones y habilitaciones de profesionales de la salud a los que avala , dirige y protege con sus leyes, al tiempo que usufructúa de los impuestos que recoge de las profesiones.
    En la próspera Babilonia el estado no habilitaba a los médicos y la única obligación estaba en manos de los enfermos que curados debían concurrir a los lugares públicos para dar a conocer a otros enfermos que buscaban alivio de sus males , los medios de que se habían valido para recuperar su salud.
    Sirva este ejemplo para comparar dos actitudes diametralmente opuestas que deben permitirnos reflexionar.

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